Abstract
La marca judía de Felipe Godínez (Moguer, 1582 – Madrid, 1659) le ha proporcionado una singularidad entre los dramaturgos de nuestro siglo áureo. Se le asocia, en su tiempo y en el nuestro, con un afán por tratar episodios del Antiguo Testamento, una constante en su producción artística que le procuró notoriedad en su época. Este artículo se centra en el análisis de dos herramientas fundamentales que Godínez empleó en las obras dramáticas de este tipo: las premoniciones y las prefiguraciones neotestamentarias.